Por César Vélez "El Emperador"
Yo siempre equivoqué el camino.
La encontré rendida y arrepentida de lo que había hecho sin embargo quién no perdona a una mujer... Quizá la justicia divina si existe y a ella le fue aplicada de manera tajante, me indicó a dónde vivía, había intentado conformar un hogar pero el hombre le maltrataba y era un ladrón por eso fue a parar a la cárcel y a ella le toco seguir en su oficio de Puta... solo para mantener la criatura que ahora aullaba del hambre en la otra habitación, sin pudor se desnudo el busto y dio de amantar a su hijo, frente a mí no tenía tampoco que sentir vergüenza, muchas veces bese ese cuerpo de arriba a abajo, la conocía palmo a palmo, le felicite por el hermoso hijo y trate de contarle que ahora mi vida había cambiado y tenía posibilidades económicas pero ella apartando a su hijo sin entender se me ofreció como mujer... esa no era mi intención, y le aparté y le dije que me interesaba que deje de vender su cuerpo y que se busque un trabajo decente y ese hijo tenga un futuro promisorio... Mis amigos me acusan de que siempre busco aliviar la decadencia... pero esta vez algo me dice que no va a ser en vano... A ella volví a verle dos veces más le suministre el dinero para sostenerse unos meses más y buscar colocación en un trabajo, pero siempre se insinuaba pensando yo lo hacía por puro interés sexual, más luego de verse rechazada huyó y solo espero le haya ido bien.
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