Por César Vélez "El Emperador"
Al Alexis e gustaban las apuestas, -Qué si soy capaz de un salto llegar hasta allá - y ta, ta, ta que dele que salta... y apuesta tras apuesta el tipo va... nos encontramos el otro día en el billar, y él con una chiquilla menor de edad, y alguien propone que la novia de Alexis es demasiado hermosa y propone que se la juegue a un chico de billar... ná! dice él, pero la chica le dice al oído otro juego que a ella no le dejará mal parada (o abierta), por cada carambola que el otro equipo nos haga la niñita va a despojarse de una prenda hasta quedar (si lo logran) en el traje de Eva... Y como el Alexis confía en mí se aventura a que el otro equipo igual debe colocar por cada carambola nuestra en la silla su ropa... Y yo indeciso, comienzo el choque y el taco se me tuerce y la nenita va quitándose la gorra, luego la chaqueta y para qué sigo... si saben que vamos perdiendo y pronto asoman las curvas tiernas de la deliciosa novia del Alexis que a mi me tienen con una erección hasta dolorosa que me estorba el taco de billar y me hace perder la concentración, al igual el Alexis parece que anda perdido ante el calvo pubis de su amada que para colmo brilla una escarcha como si le hubiese hecho sexo oral un payaso con los labios pintados de colbón con escarcha... Alexis, yo y la sirena quedamos como dios nos trajo al mundo y debiendo las bebidas y nos fuimos ellos al potrero y yo a buscar algún trapo para con decencia buscar otro juego.
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