Por César Vélez "El Emperador"
Complacer a todo el mundo es imposible en cuanto hay más deseos y anhelos que propósitos.
No encuentro qué hacer, voy pateando piedras, ya he vendido todo el surtido y las monedas pesan en mis bolsillos, me cruzo con Alexis que anda en las mismas solo que sin dinero... juntos nos vamos a la salida del colegio a ver los rostros virginales y devotos de las jovencitas, Alexis saluda a varias y se hace el que espera a alguien, yo supongo solo es para causarles celos, pero me altera la idea de que si espera a alguien, y en efecto cuando sale una profesora Alexis le intercepta, y yo me quedo perplejo y los sigo de cerca mientras caminan y hablan y ríen, como el que no tiene intención ni otra ocupación. Alexis se separa de ella y viene a mi encuentro y a quema ropa le lanzo la pregunta del millón ¿acaso te aburriste de las célibes jovencitas?. Me dice que desde unas semanas atrás le anda endulzando el oído a la Profesora y que ese logro se lo debe a que esta leyendo una obra de Shopenhauer "La voluntad de poder", esto lo he visto ya! le digo y es en esa película de Roberto Benigni "La vida es bella" Pero Alexis dice que es cuestión de controlar el pensamiento de la otra persona e influenciarla para que haga lo que uno quiera, vaya! si eso se logra con la filosofía no puedo imaginar lo que se puede lograr con la acción.
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