Por César Vélez "El Emperador"
Yo tuve un hermano, no nos vimos nunca pero no importaba... de una canción de Silvio Rodríguez
La muerte viene siéndolo todo, hasta un negocio, unos lloran y otros cuentan sus billetes, yo tenía un hermano, no de sangre sino de raza, es difícil en el mundo conseguir una persona que piense y crea como uno, a lo mejor pocos tienen esa dicha, yo la tuve cuando el tipo me libro de recibir el disparo, cuando se coloco entre la muerte y yo y solo exhibió una sonrisa o una mueca que fue la perdición, porque si hay poca gente haciendo el milagro del que dice Jesús que dar la vida por otra persona es la salvación... Yo quisiera hacer eso algún día por alguien que valiera la pena... Yo no valía tanto mi pellejo se feria en todo lado, a esa instancia igual me no importaba que me maten en una esquina, en una disco o en una calle vacía pero al ver esa alma digna atravesar su humanidad entre la bala y mi corazón sentí que el milagro había devuelto la fe en esa humanidad que tanto detesto, ese ser precioso se gano mi admiración y lo acompañe hasta cuando pude solo para verlo desaparecer de este plano y encontrar que él era digno del perdón del mundo por no tener otro trabajo que encargarse de los negocios de la muerte y Dios... Encontramos su moto tirada en un barranco baleada y de él ni idea, su cuerpo quizá fue llevado para dar fe de la venganza, quizá voló a un río cercano o se convirtió en el polvo que todos seremos... de todas formas hermano te sigo buscando en la inmensidad y si ya me canso de acá buscarte no tendré temor ni reparo en pasar la hoja.
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