Por Alexis Mendoza
Yo creo que Dios no nos hizo del barro si no de la madera como Geppetto a Pinocho, por eso mi novia dice que soy tan mentiroso y por eso cada que no me baño comienzo a oler a madera... Hablando de eso desde niños jugábamos a subirnos a un árbol y en medio de las ramas las niñas del momento se subían con vestidos y todo y nosotros divertidos mirando sus ropas de encaje y rosadas nalgas que sin malicia espiábamos como forma de saber qué es lo que ocultan tanto... pero de allí no pasaba la malicia, sin embargo pasaron los años y ya nadie de los chicos quería jugar en el árbol... prefería ir a comer helados con las chicas y en la penumbra clandestina pedirse la prueba de amor... Yo tampoco sé tanto de la vida, al final uno atesora los recuerdos como prueba de que ha vivido y que todavía queda mucho por aprender... sin embargo la realidad es tan difícil... ser un cuerpo y una energía y estar en la lucha para que a uno no se lo coman las fieras, los gusanos o las mujeres... vuelvo al amparo del viejo árbol y ya no siendo ni niño ni muy adulto me comienzo a trepar por sus viejas ramas que en algún lugar muy alto se rinden a mi peso y me liberan al aire y caigo y aunque el golpe no fue duro allí me quedo mirando al cielo por entre cada rama rota como si descubriera de nuevo las rosadas nalgas de alguna niña o el color de sus piernas y me inquieto y me pregunto ¡dónde estarán esas nalguitas y dónde esas piernitas? Dios quiera que alguien se las venere...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario