miércoles, 19 de septiembre de 2018

Soledad

Por XervanteX

Una lágrima para el difundo un trago de café para los vivos y las rosas. El Charlie andaba consolando a las chicas con el cuento de que por allí ha de andar el Alexis espantando doncellas o espiándoles cuando se fuesen a cambiar de ropa. El César estaba débil de tanto trasnocho y se aparto un momento para tratar de dormir, luego llego Charlie y Alejandra y conversaron sobre la inocua muerte que condena a la soledad. El César se despertó cuando vinieron los de chaleco y quisieron llevarse el cajón, pero la gente se los impidió la mamá de Alexis autorizó la acción. Me dijeron que había más de una chica que lloraba en soledad su pérdida y cuando el Cura invito a alguien a decir unas palabras más de una persona quiso avanzar, pero ganó el espacio Alejandra y antes de todo musito para si misma unas palabras de ánimo luego dijo que la muerte es necesaria para valorar la vida, sollozo y luego volvió a decir lo que todos tratábamos a regañadientes de entender: a nuestro amigo no lo volveríamos a ver jamás.   

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