Por Emilio Suárez
La damita se asusto al verme de frente y sentir que yo no era ya un niño.
Creo se alcanzo a tragar el chicle que masticaba. Siempre andaba con la camiseta blanca y sin sostén,
La había contratado mamá para que ayudará con el quehacer doméstico pero no hacia sino hablar con la vecina de alado o masticar chicle. Lavaba mal los platos y dejaba pegar las comidas en las ollas. Ya era frecuente que mamá le llamará la atención y le recriminaba su porte y su afición por el maquillaje "mujer que se respete no se pinta" le decía pero la damita estaba sorda y ese día que chocó conmigo supo ella que yo ya podía eyacular como cualquier hombre mayor de edad y yo supe que ella tenía unos senos duros cuyos pezones apuntaban al cielo, así que esa noche pude espiarla mientras se cambiaba para dormir solo que me engaño colocándose un camisón y luego sacándose por abajo la ropa. La esperé para verla ducharse y ese día solo se lavó el cabello y la espíe mientras pelaba las zanahorias. No fue hasta cuando pude robar del tendedero alguna de su ropa que vacié mis testículos y llegó el día en que no pude soportar más, sabía que venía con la ropa planchada y en la puerta fui más de prisa y entonces choqué con ella y ambos nos fuimos al piso, pero ella ni se preocupo por el accidente se quedo allí como incitando a que le mirara tenía las piernas abiertas y no tenía ropa interior, su blusa transparentaba unos senos curvos y firmes, reía y le cubrí la risa con un beso violento y no contento con ello le busque su centro y lancé una estocada que creo se le enterró con todo y ropa porque dejo escapar un grito que llamó la atención de mi mamá y esta vez no era solo ella quién tenía ganas, se levantó y salió corriendo aún con su bata escurriendo un líquido traslúcido que sino se preocupaba por quitar a tiempo le preñaría y le cambiaría la vida...No sé si la he de volver a ver.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario