Emilio Suárez
Yo creo que el cuerpo no trascenderá pero el conocimiento si. entonces no me niego a aprender algo, y me expongo a toda clase de peligros y riesgos. En eso me dio por irme a la escuela militar y de allá me expulsaron cuando no me aprendí el himno nacional. Tampoco pude ir a otro lado porque apenas pude terminar el colegio con un diploma solemne que me dieron más por lástima que por otra cosa. Tampoco pude hacer buenos amigos y me toco regalarme para lo que sea y en ese arte de no hacer nada me tiraron por delante, aprendí a desarmar explosivos con la paciencia con que mi mamá tejía una bufanda con agujeta, me topaba con la muerte a cada segundo y mi éxito consistió en sentirme una nada frente al universo de posibilidades que hay. Las bombas que desactivaba no eran tan peligrosas como ese pensamiento que ardía en mí y termino haciendo mella en mí cuando un diagnóstico alteró todo : ansiedad y depresión aguda. Esta bien que yo pueda abusar de la cafeína y del cigarrillo (nicotina), pero un temblor de manos a la hora de ir a cortar un cable y todo acaba para mí. Los demás no importan ellos siguen acá con su vida. Y aún cuando salí con honores ahora puedo decir que siempre tuve ese egoísmo y pretendí a toda costa desactivar el explosivo para salvarme, nunca pensé en los demás y en cuanto salí alguien me advirtió que yo había salvado a millones y fuí a ver ciudades llenas y pueblos desbordados de gente, y el campo en ruinas, bien me pude preguntar si valió la pena arriesgar la vida así. Yo soy Emilio más conocido como el Cabo un diminuto ser que contribuyó a que más gente esté viva y no sé hoy si hice mal o bien.
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