LoS InDoMaBleS
Íbamos a suicidarnos como manera de alterar el orden de nuestra estirpe, la esperanza fundada por nuestra élite se esfumaba, y era una protesta contra el cinismo de la vida que esparce a voluntad de dos seres sexuados inconscientes. Pero cometimos un error craso: el de leer. El agujero con el que dio Alícia en el país de las maravillas no fue el de su sexo, fue el mismo que hallamos nosotros. Un manifiesto del anunciado Profeta de la Oscuridad Nueva, que nos incitaba a el único oficio digno de vivir y renunciar al suicidio, porque es una estupidez estar muertos.
La nada materia prima del destino oscilaba por doquier, y la ensimismada consciencia nuestra estaba llena de dudas, valía entonces matricularse a la violencia o al afán de ser alguien con tal de tener la magia de la aceptación social, o bien bailar en la taberna con las becarias de dudosa reputación, o bien ser poeta con cara de maldito e ideas para el delito. O más bien llegar a casa y pedir la extrema unción.
Como quiera que sea, el cielo estaba vacío, la vida era un estado de la materia digno para hacer lo que diera la bendita gana sin el permiso de nadie: para admirar la belleza de célibes lolitas con trenzas, empalagarse de sexo y sedición o para entender que el delito consistía en crear sistemas caóticos para envolver a los ilusos y sacarles favores y plata.
Una monja enamorada, un Cura tembloroso al asedio del vicio a la mariguana y no al incienso. Un gato negro que se pasea por los techos. Alguien que surge de la nada, percibiendo la canallada: que nada es de nadie y en cambio todo es suyo en el sentido que no le pertenece. Un Poeta con porte de facineroso, con un historial delictivo precario que le sindicaba de ladrón de repollos y agitar del orden ¿Cuál orden Ministro?.
Un ser hecho de tinto y cigarrillo, encaramado en una máquina de escribir con las uñas negras y las mechas de su coco creciendo, listo para defender su cielo con su navaja made in usa. Tejiendo su escalera para ganarse la inmortalidad que otorgan las letras y tener la razón.
A usted como a mí qué me va ha importar todo esto, es como si acá en el país del corazón de Jesús se escuchara hablar a un vago en inglés, ¡si es un gringo de mierda, vicioso y haragán!, no vale nada. Mérito del Nadaísmo fue quitarle la virginidad a los perfeccionistas, y otorgarle a lo estético su correcta forma.
Ya vienen siendo cuarenta años sin el Profeta y todas sus hazañas se recuerdan y todas sus obras se han realizado.
Por eso de aquí en adelante nos queda recapitular los hechos para no cometer el error de volver a empezar una y otra vez, y que la vida tome esa rutina y ese sentido de tener distinto final que la muerte.
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