Poema de Don Máximo Primo Vélez
Aparecí tan de repente que me sorprendí,
aprender, aprender, aprender fue mi destino,
incursioné en el declive fundamental
que el pensar es solo otra enfermedad...
de la existencia.
Busqué amor real y me llené de culpa
al no encontrar otra posibilidad que la soledad
para tener un nieto tuve a una hija
que el cielo arrebato...
de la existencia.
Burle la saeta del amor y de la muerte
al tiempo que con mis pies caminaba lejos,
me aburrí de lo lindo al ver que me seguían
la vida es imposible sin el dolor y el amor...
de la existencia.
Café, cigarrillos y pan fueron mis vicios
prefería a la mujer de calle que la dama de casa,
eructe mis historias en papel que se quemó
o se mojo o se hizo pites me aburrí...
de la existencia.
Ninguna autoridad solicito nunca mis señas
yo era habitante del mundo dueño del todo:
de las mujeres sin asunto, de los hijos sin padre
del humo de los puros o los vicios mortales...
de la existencia.
Desaparecí mi aliento en el espejo: me morí
para dejar el espacio a otro ser que quiera ver
tanta inmensidad, tanto engaño y sofisma
y se diga con voluntad ¿para qué?
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