Los Indomables
Al Charlie se le acusa de enamorar jovencitas sin la edad fundamental, un juez le ha citado para los descargos y el asiste sin más abogado que su compañero de vida el emperador César.
JUEZ: Ya son sabidas sus tácticas y pretensiones ¿Por qué no aborda a chicas de su edad y deja en paz a las otras?
CHARLIE.- Verá su eminencia, no hay otro capricho sino enseñar a las célibes las técnicas amatorias antes que otro aprovechado les sindique de promiscuas y benefactoras y caigan en sus garras...
JUEZ: Pero no cabe tanta insolencia, si ellas definen cuándo es que inician su sexualidad e iniciarlas antes es un riesgo...
CHARLIE.- Nada sale más costoso que la ignorancia...
En eso el César que hasta el momento había permanecido en silencio interfiere...
CÉSAR:_ Disculpen si se precia mi opinión, el asunto es que hay chiquillas que a esa edad se sabe el Kamazutra más que el Apocalípsis, enhebran mejor su sexo que la aguja para hacer la costura y pierden la virginidad sin saber cocinar...
CHARLIE.- Si Sr. Juez si usted viera manías aprendidas, si el que corro el riesgo soy yo...
JUEZ: Pues se me hace raro el asunto, entonces a las que hay que condenar es a esas criaturas...
CÉSAR:_ Razón tiene su majestad, si hoy el hombre es que corre el riesgo de ser abusado y ser sin ser ganado ordeñado en contra de su voluntad, Dios hizo mal debió dejar a Adán y a la Serpiente en el paraíso y lanzar a la mujer....
CHARLIE.- Fuésemos tan felices allá...
JUEZ: Pero seriamos maricas!
CÉSAR:_ Y a quién le importaría sin mujer como genero las cosas serían a otro precio...
CHARLIE. - Recuperar el paraíso, esa es nuestra misión...
Al Charlie le condenan a barrer el parque una vez a la semana por un año, y él se las ingenia y turna a su séquito de doncellas virginales y mientras van barriendo él les lee los textos de Henry Miller, hasta que las niñas se ponen coloradas de mejillas y nalgas.
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