Por Aley
Cuando el César salió de la cárcel le dio la impresión de que había entrado en otra cárcel, una en donde le tocaba trabajar para comer y dormir. La única alegría fue encontrar que su abuelo o padre seguía con vida y salud y que su amigo elemental Alexis seguía demoníaco y rebelde. El día que llego al barrio tuvo la decencia de saludar e invitar la gaseosa y se hizo el baile y la fiesta que duro los tres días del fin de semana, pues era festivo. Pero la justicia a veces es inclemente pues de no se donde aparecieron unos tipos que se quisieron llevar a don Primo para un asilo porque lo habían denunciado o mejor se habían quejado de sus paseos nocturnos en "bola" o sea desnudo, además de andar escupiendo los vitrales de los negocios e insultar los monumentos a los héroes patrios, al igual que a Sócrates se le inculpo de no señalar a dios alguno e intoxicar jóvencitas con métodos de anticoncepción satánicos. Se hizo entonces en plena cancha de fútbol las descargas y por su puesto salieron a relucir un grupo de vandálicas viejas chismosas con la queja y de otra parte don Primo que quiso defenderse él mismo pero al que ayudaba todas las personas más allegadas a su afición de pensador, al fin de cuentas don Primo no fue condenado y la insurrección se continúo a la final viene siendo como él mismo dice "nadie me va a quitar lo comido ni lo bailado"
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