Por Brandy Azalea
Juan antojado del arco y las flechas le suplico a su mamá se las comprase, más ella precavida le dijo que no, esos elementos no eran juguetes. Juan veía como sus demás amigos se las ingeniaron para hacer con ramas sus arcos y flechas y lanzaban lejos las flechas y no se precavían de que las flechas caían con fuerza. Pero luego se aburrieron del juego y a Juan le regalaron las flecha y un arco que el gustoso llevo a casa y escondió debajo de la cama y un día en que vio la posibilidad se puso a jugar a tirar flechas al aire y en eso una de ellas al caer con fuerza le dio en un pie y gritando a más no poder del dolor fue a donde su mamá quién le revisó y para fortuna solo era una herida superficial pero que a Juan no se le va olvidar jamás.
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