sábado, 10 de marzo de 2018

PIEL Y HUESO

Por Brandy Azalea

¿Pero qué somos? insistió el niño. Él no pudo entonces responder, estaba elevado pensando en tantas cosas para hacer ese día, sabía que debía procurarse el dinero suficiente para la comida, ¡los gustos que esperen!, al menos le llamaron de la bodega para que descargue los bultos, dejó al niño entretenido jugando con unas cajas, pero luego le encontró divertido viendo como salía el agua a presión de un tubo llevándose cuanto hubiese por delante. Había sudado la gota gorda, olía mal y estaba tan cansado como siempre pero tenía el dinero para el almuerzo de los dos. Se divirtieron juntos haciendo barcos de papel y proyectándolos al agua que se los llevaba lejos. ¿Pero qué somos? volvió a insistir el niño durante el almuerzo y el con la espalda dolorida y la cara sucia solo apunto a decir - solo somos piel y hueso -   



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