martes, 28 de agosto de 2018

Apología de la confrontación

Por XervanteX

"Amor y Guerra distinguen al humano, no tengo mucha fe en que sea la razón"
 La séptima paila

Nos permitimos la insolencia de parecer solos y hambrientos para obtener el cariño y los favores de las damas, pero en nuestra alma hervía la pasión y la furia irrestricta hacia la sociedad que le entrega a los niños y niñas las llaves de la perversión, y por eso la actual generación se debate en el sin sabor del suicidio o la anulación, por eso los chicos y chicas se tiñen el cabello y se siente la ebullición de sus hormonas pidiendo atención. Nos erigimos poetas malditos con el filo del lápiz y un pensamiento locuaz, con la misma persistencia con la que los Testigos de Jehová (con el máximo respeto) llaman a la puerta, así pusimos los puntos sobre las íes y  no esperamos nada.

Nos tildaron de arrebatados, célibes o silenciosos o temerosos, nos aniquilaron y sentenciaron mal, mientras nos vinculábamos al autismo y la desmemoria haciendo o ritos satánicos o por medio de terapias de choques eléctricos, que nos provocaron sino orgasmos, si la rotura de la muelas (o dientes). 

Ya no lanzamos los guijarros a la autoridad, sino les incitamos a la poesía más perversa algo así como la pornografía más sutil pero igual de vulgar, porque es que las doncellas se estaban acostumbrando a desnudarse en el silencio y la oscuridad de una pieza y haciendo un amor clandestino, gimiendo y luego gritando, y las pobres quedaban ingrávidas a la primera experiencia y ya no podían experimentar más; nosotros incitamos al amor libre, a la experiencia máxima con el ideal de que se sientan vivos y vivas. La mujer no tiene por qué ocultar su belleza, menos prohibirla.

Esta es la versión más corta de lo que fuimos, unos soldados del amor dispuestos a caer sino en la tentación si en el sueño o en la revelación de la muerte, allí queda nuestra escritura como síntoma de nuestra enfermedad mental y son nuestras letras e historias la fidelidad de que pasamos por este mundo cumpliendo a cabalidad con los protocolos fisiológicos para los que fuimos creados, y también hicimos algo de bien y ahora nos sacrificamos en absoluto por nada, dispuestos a ganar ese puesto en la escala de la historia en el que nos dieron un nombre, una nacionalidad y un tiempo y nosotros lo desaprovechamos pensando.

Gracias por nada!    

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